El pasado día 29 celebramos en la Casa los Tres Mundos de Granada el concierto IV Ritmos Solidarios que reunió cerca de un centenar de nuestros estudiantes para ofrecer una muestra del trabajo realizado durante este curso.
Fue una jornada llena de emociones para nuestros niños que empezó con los ensayos generales por la mañana, seguidos de un almuerzo para todos los participantes que fue financiado por nuestra amiga y habitual colaboradora Nova Fraser que mandó $200, y terminó con el concierto que reunió a un numeroso público.
Como su nombre indica, el concierto tenía una vertiente solidaria ya que uno de los objetivos era recaudar fondos para ayudar a los damnificados por las inundaciones sufridas en Malacatoya unos meses antes. La cantidad final recogida, en realidad, no fue muy cuantiosa; fueron 550 córdobas, pero lo importante fue que los niños se esforzaron por ofrecer un buen espectáculo en beneficio de otros que en estos momentos están atravesando muchos problemas.
Un momento muy especial fue cuando un grupo de niños invidentes de la escuela San Vicente de Paul, en la que empezamos a trabajar recientemente, salieron a cantar con niños de la escuela de La Prusia. Éste fue un pasito más hacia la integración de los niños discapacitados y , sin duda, fue una experiencia única tanto para unos como para otros.
El gran impacto que causó en esta escuela especial el concierto didáctico que hace unos tres meses realizó nuestra colaboradora Orquesta de Cámara de Siero (España), nos hizo plantear el ofrecer lecciones de música de forma permanente para estos niños discapacitados. La inicitiva ha funcionado muy bien, como demuestra su participación en este concierto, de modo que esperamos poder seguir trabajando con ellos el próximo curso.
Como en ediciones anteriores de Ritmos Solidarios, nuestros profesores y voluntarios también interpretaron algunas piezas.
En esta foto, junto a los profesores Juan y Alexander, aparcen Leonard, de Holanda, y Jorge, de El Salvador, nuestro primer voluntario centroamericano!
Damos las gracias a todo el profesorado y voluntarios de Ritmo en los barrios, así como a Nova Fraser, a los voluntarios de Casas de la Esperanza y a nuestros amigos de Música en los barrios que vinieron desde Managua para ayudarnos.
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